Éraseuna vez un pobre leñador que estaba harto de la vida tan penosa que llevaba y solía decir que tenía ganas de ir a reposar a los bordes del Aqueronte; porque veía que, en su profundo dolor, jamás el Cielo cruel no había querido concederle ni uno de sus deseos. Un día que se quejaba en el bosque, Júpiter, con el rayo en la mano, se
Sieteaños después de su última entrega, el escritor estadounidense regresa con una novela donde vuelve a demostrar todo lo que hace bien: diálogos, estructura,
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letra erase una vez el hombre